¿Qué para qué necesitamos un abdomen marcado? Pues por estética, por vanidad o para rallar chocolate. No importa. Cada uno desea enseñar la tableta abdominal o six pack, que se dice en inglés, por diferentes motivos. El caso es que hay métodos para conseguirlo.
Lo primero que haremos será hacernos a la idea de que dieta y ejercicio por separado es lo mismo que querer irnos de vacaciones con el chasis del coche por un lado y el motor por el otro. Comamos bien, equilibrado, y entrenémonos. No hay milagros ni atajos sin peligro para nuestra salud.
Damos por sentado que comes bien. Vamos con el entrenamiento: para empezar, es imprescindible desarrollar una buena resistencia aeróbica, si no, nunca llegaremos a trabajar el músculo con suficiente intensidad antes de estar boqueando como un besugo fuera del agua. Antes de trabajar con nuestros seis amiguitos, hagamos bicicleta, corramos, subamos escaleras
Ahora sí: con la fuerza de la alimentación adecuada y la resistencia necesaria al esfuerzo, vamos a trabajar nuestro vientre. Lo ideal sería ejercitar todos los grupos musculares, pero también es cierto que no siempre tenemos tiempo para ello, de modo que nos concentraremos en los seis enanitos mediante abdominales y lumbares. No hay otro secreto. Lo ideal es realizar los varios tipos de abdominales que desarrollan los distintos grupos (superiores, oblicuos e inferiores).
No vamos a detallar, pues sería largo y tedioso el ejercicio que desarrolla cada una de las partes de lo que van a ser esas seis piedras que vas a tener donde ahora hay una montañita. Encontrarás fácilmente cómo hacerlos en Internet. Lo que sí te vamos a recordar es que el ejercicio solo no sirve de nada y que la musculatura, para desarrollarse, necesita descansar. Esto quiere decir que, si haces seis horas de abdominales al día sólo conseguirás cansarte.