Vestir bien no significa, necesariamente, vestir caro. Es más, nos conformaremos con un ABC que te ofreceremos al muy razonable precio de gratis. Empezamos, pues, economizando en el vestuario antes de acercarnos a la tienda.
Antes de ir a la tienda
Un primer consejo es el que se refiere a adecuar la ropa al entorno. Esto quiere decir que la ropa que llevemos debe ser la correcta para la situación en la que vamos a lucirla: no es lo mismo asistir a un concierto de un grupo heavy metal que a una boda o a una recepción formal. Cada sitio y cada ocasión requieren un atuendo. Pensemos.
Más: los colores. Combinar correctamente tonos y matices no supone gasto alguno. Hoy por hoy, mirar dentro del armario y decidir qué pantalón combina mejor con qué camisa, es gratis. Y es básico para poder decir que nos vestimos bien. Por cierto: los colores vivos y alegres, bien combinados, contagian buenas sensaciones y optimismo. Los chillones, nos harán parecer payasos en el peor de los sentidos. Usemos la lógica y el buen gusto.
Un tercer consejo, como mínimo tan importante como los otros dos, se refiere a vestirnos con una prenda con la que nos sintamos cómodos. De nada importa que tengas una camisa muy costosa si, por su diseño o por su talla, no te sientes a gusto. Para lucir impecable debes estar a gusto con tu imagen y será más difícil que experimentes esa sensación con una ropa que te produzca incomodidad.
Al momento de comprar
Reservemos cuanto tiempo sea necesario para asegurarnos de que la ropa que compramos nos sienta bien. Poco importa que adquiramos el pantalón más bonito y de mayor calidad del mundo si luego no se ajusta bien a nuestras proporciones. Para saberlo, no nos queda más remedio que probárnoslo. Utilicemos la cabeza. Además, hay que considerar con qué otra ropa que ya tenemos podremos vestir la prenda que estamos comprando.
Estos han sido sólo tres consejos de los cientos que podríamos aplicarnos. Y de los cientos de recomendaciones que nos pueden ser útiles. Extraeremos un resumen: vistamos con sentido común. El resto, viene solo.