Come bien. Duerme bien. Haz deporte. Seis palabras, suficientes para resumir cuanto necesitamos para estar en forma. Podríamos dejarlo aquí y es posible que muchos no necesitasen más. Pero hemos preferido entrar en algún que otro detalle:
Come bien
Con ello nos referimos a comer de todo, pero con moderación. De poco nos va a servir mantener una dieta de brécol, acelgas y espinacas si luego no vamos a tener fuerzas para levantarnos de la mesa. O una a base pasta y carnes, muy energéticas, sí, pero sin el aporte preciso de vitaminas.
Un dieta equilibrada incluye todo tipo de comidas, respetando la pirámide de alimentos, en la que la «base» serán los cereales y legumbres; el segundo «nivel», verduras y frutas a partes iguales; justo encima, carnes y pescados, a medias con los lácteos; y, en la cúspide, grasas, aceites y dulces. Obviamente, cuanto más alto en el triángulo, menos cantidad debemos comer. Comamos, además, cinco veces al día, en pequeñas cantidades.
Duerme bien
No sólo la actividad es importantísima. Un buen descanso nos permite estar sanos. Las horas de sueño que precisa cada uno dependen de eso, de cada uno: hay a quien le bastan seis y hay quien precisa nueve o diez. Busca tu ritmo de descanso y adapta tus horarios a él para dormir, en la medida de lo posible, a la misma hora cada día.
Haz deporte
No hay excusas: sea de uno u otro tipo, todos podemos encontrar media horita al día para mover las piernas, los brazos y, con ellos, el corazón. Muévete. Te lo agradecerás.
Otro día hablaremos de qué evitar si queremos mantenernos en forma. Pero eso será en mejor ocasión. Hoy nos hemos levantado -después de dormir ocho horas y media- positivos. Los noes se quedan para cuando no hayamos dormido tan bien o veamos que fumas, bebes, cometes excesos Entonces, te diremos qué no hacer.