Cuando el cuerpo humano da o recibe un beso, el cerebro logra llenarse de oxígeno y los vasos sanguíneos se dilatan. Además, la respiración se acelera, las pupilas se dilatan, las mejillas entran el calor, el pulso es cada vez más rápido, y los niveles de serotonina, adrenalina, dopamina, oxitocina y noradrenalina tienen un pico, dejando a su vez que el cuerpo ingrese en un baño químico.
La investigadora Sheril Kirshenbaum explica en su libro cómo debe darse un beso y hacer que el mismo sea denominado “perfecto”. Por tanto, a continuación te contamos algunos puntos importantes que deberías comenzar a implementar.
Conocerse antes de besarse
Si antes de besarse existe un vínculo, es probable que el nivel de oxitocina corra en abundancia por la sangre de ambos. Esta hormona genera además una sensación de placer incontrolable y otorga seguridad en uno mismo.
Labios rosados
Cuanto más rosados y marcados sean los labios de la mujer, mayor será la atracción y el placer, debido a los niveles altos de estrógenos y de fertilidad
Con anticipación todo sale mejor
Cuando se imagina una situación placentera, se segrega un neurotransmisor a montones denominado “dopamina”, el cual se relaciona con la motivación y el placer. Por ello, cuanto más te anticipes a como sera esa situación, más placentera hallarás la ensoñación, porque cuanto más te acerques al momento real, más dopamina tendrás en funcionamiento.
Higiene al 100%
No es preciso dar detalles del por qué es preciso tener una correcta higiene, pero hay una explicación que apuesto que no conoces: las mujeres poseen un sentido del olfato mucho más desarrollado que los hombres; por tanto, un olor desagradable es percibido por ellas inmediatamente. Por ello, un aliento refrescante
Comodidad
Si bien el beso perfecto dependerá de la situación, si tu pareja está cómoda, todo irá viento en popa. Una persona ansiosa o estresada tendrá niveles altísimos de cortisol en sangre, lo cual hace que la dopamina y la oxitocina no se liberen correctamente como deberían, quitándole el placer a ese beso.
Autora: Flavia Porro