Crear un ambiente apropiado para la seducción

La seducción no es sólo cuestión de vista o de oído: han de intervenir los cinco sentidos. De este modo, vamos a apelar a todos ellos. Puede parecer complicado que el ambiente influya en algún sentido, como es el caso del tacto… Pero todo se verá. Vamos a organizar una “cena de las sensaciones”.

Empecemos por lo fácil: la vista. Los colores que nos rodeen han de ser agradables, que inviten a la intimidad. Nada de tonos chillones ni de colores demasiado fríos. Si no podemos cambiar el color de las paredes, hagámoslo con los elemento decorativos, en tonos elegantes a la vez que tranquilos, para que combinen con el resto de elementos. Por cierto: que no falte una vela encima de la mesa. No es que sea muy importante, pero queda bonita y da buen ambiente.

Atendamos a sus gustos

Tampoco es difícil seducir mediante el oído. Atendamos a los gustos de la otra persona y, de entre ellos, las canciones que sugieran mayor… cariño. Si no tenemos muy claro qué le gusta, es bueno que suenen temas de Kenny G o Barry White, por poner dos ejemplos. La música sí es un detalle muy importante.

En cuanto al olfato, distingamos entre que huela bien y un aroma para seducir: llevemos un perfume que sepamos que le gusta a la otra persona, siempre y cuando no sea demasiado fuerte: la idea es que se nos acerque sin asfixiarla. El aire ha de ser limpio, pero perfumado discretamente -por favor, la cena lejos de la cocina—, sin que los ambientadores o inciensos nos asfixien ¿Recuerdas que hemos hablado de una vela? ¿Qué tal si es perfumada?

Esto se complica…

Como es una cena, no será difícil seducir mediante el gusto, además de las propiedades afrodisíacas de ciertos alimentos. Una cosita: por favor evitemos a toda costa —por afrodisíaco que sea— el ajo, ¿vale? Bien. Un postre con fresas o frutas rojas siempre envía un mensaje.

El tacto: todo ha de acariciar a esta persona antes de que la acariciemos nosotros, de modo que, por ejemplo, en la mesa usaremos un mantel y servilletas de tela suave; el aire será templado, sin llegar a ser demasiado cálido, la comida de textura que también invite al tacto…

Hemos ofrecido sugerencias sobre cómo apelar a los cinco sentidos para seducir, pero seguro que, mientras leías se han ocurrido unas cuantas más… Todo vale, mientras luego, en mitad de la cena no cometas una falta de sutileza o caballerosidad que arruinen tus esfuerzos. Pon un poco de tu parte, hombre.

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