Consejos para catar un tequila de calidad

Si sobre gustos no hay nada escrito, por alguna misteriosa razón sobre la elección de licores fuertes nada existe escrito y muy poco dicho –al menos con dicción clara—. Además, el tequila, como el vino, se divide sólo en dos grandes grupos: el que te gusta y el que no.

En todo caso, el tequila, como el vino, puede catarse. Para ello, volvamos a diferenciar grupos. Tres, en este caso: blanco, reposado y añejo. Como pista, el primero se suele servir en el típico “caballito”; el segundo y el tercero en copas más grandes.

Probar el tequila con todos los sentidos

Para empezar la cata, veamos el color, que tenga sedimentos o esté turbio. Si agitamos la copa, el borde ha de mostrar matices plateados o dorados, según a qué grupo de los tres anteriores pertenezca. Al posar de nuevo la copa las gotas deben ir cayendo de forma muy lenta.

Aroma: pongamos la copa bajo la nariz y aspiremos: ¿madera?, ¿frutas?, ¿almendras? Son hasta 50 los olores que este licor puede aportar al olfato. Es incuso divertido tratar de dar con ellos. Si es posible, una vez abierta la botella, ésta ha de estar así unos diez minutos de forma que “saque” todos sus matices.

A sorbitos o de golpe

Ahora sí: a beberlo. Despacio. A sorbitos ¿Qué sabores detectas en cada zona de la lengua? Prueba luego a beberlo con sal y limón ¿Qué sensaciones te deja? Si es un buen tequila, te quedará en la boca una sensación agradable y duradera.

¿Marcas? José Cuervo, Herradura, Don Julio… Cada cual ha de elegir cuáles están en el grupo de las que le gustan.

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